domingo, 11 de noviembre de 2012

¿Cuándo iniciamos el camino que nos ha traído hasta aquí*?



Cuando empezamos a pensar que ayudar era subvencionar: empezamos a confundir el ayudar al que lo necesita con mantener el sueldo que cobra; empezamos a falsear la percepción, la información, de lo que se recibe frente a lo que se produce; cuando empezamos a no poder medir nuestras fuerzas.

Cuando decidimos que el Banco Central Europeo (nuestros gobernantes) tenía que decirnos el momento adecuado para saltar el abismo (dar/pedir un crédito lo llaman)... a todos a la vez.

Cuando decidimos que era bueno que los bancos prestasen una fuerza generada por nosotros, sin que nosotros quisiésemos prestarla, multiplicándola ficticiamente, y así poder financiarnos más, financiar nuestros trabajos y nuestros gobiernos; cuando olvidamos que nuestra fuerza está en juego y no es infinita ni multiplicable.

Cuando se nos olvidó que para saltar un abismo cada uno debe poder medir sus fuerzas*, y estudiar el abismo que tiene delante; cuando se nos olvidó que si es otro el que te indica cuándo saltar, no tendrá la información adecuada; cuando le dimos la potestad de decir "¡ahora!"; cuando se nos olvidó que esto necesariamente conduce a que la casualidad, la fortuna o la providencia si usted lo prefiere, decida quién acabará sano, herido o en el fondo del abismo; cuando perdimos la conciencia de nosotros mismos.

*Aquí: el mayor paro mundial, en España, por encima del 25% en noviembre de 2012 y similar en 1995, sólo desdibujado temporalmente, mientras la luz que nos permite ver se distorsionaba al atravesar la burbuja. Aquí: a una tasa de desahucios hipotecarios de casi cien mil al año desde hace cinco años. Aquí: al esfuerzo de millones de personas echado a perder.
*Fuerza: en el sentido de este artículo es la medida del valor de nuestro trabajo, medido, normalmente, en dinero.

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