domingo, 24 de marzo de 2013

Convivencia-Democrática


Democracia y convivencia son dos fenómenos que, al tocarse, interactúan, se unen y se refuerzan mutuamente formando un concepto unitario y distinto: la convivencia democrática, que en su conjunto es más grande que la suma de las partes.

De los dos componentes, uno es el germen, la chispa que inicia la reacción: la convivencia. Sin ella, que es básicamente respeto y reconocimiento mutuo, no puede empezar a haber democracia, ya que de faltarnos, nadie concedería a otra persona el derecho a opinión y por tanto a voto.
Si la convivencia democrática fuese una persona, su cuerpo sería la democracia: práctica, compleja, difícil, funcional, necesitada, capacitada, resolutiva, pensante. Pero sus pies serían la convivencia: sencilla, pequeña, robusta, fundamental para para sustentar el cuerpo de la democracia, libre.


La democracia no puede ser nunca una excusa para destruir la convivencia, que la hizo posible, y sin la cual el nuevo fenómeno resultante de la interacción de las dos, la convivencia democrática, sería imposible.

Muchos apelan a la democracia para intentar justificar las imposiciones más fanáticas y retrógradas.
No dejemos que nadie instrumentalice la democracia para minar la convivencia de la que emana.
Tengamos una saludable convivencia democrática.


Ánimo UPyD, Unión Progreso y Democracia, partido que surgió como reacción a los que pretendían minar la convivencia, bien por medios violentos, bien por legitimaciones democráticas de los mismos.

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