sábado, 15 de octubre de 2011

Valor y riqueza

Cuando se habla del reparto de la riqueza, esa especie de lucha ideológica en la que llevamos desde hace más de un siglo, y que ha costado numerosasy guerras y vidas, creo que pocas veces se intenta profundizar en lo que realmente es el objeto de la discusión.

Para empezar deberíamos definir qué es la riqueza (o el dinero, que es su exponente más representativo) y cómo se genera.
La riqueza, el valor, es ni más ni menos que los recursos de que las personas disponen. El dinero, la moneda, es un simple vector de ese valor, un elemento que sirve para facilitar su intercambio.

Hace mucho tiempo que no vivimos en una economía ligada a la propiedad de la tierra. Hoy puedes tener una tierra y no ser rico. Por supuesto que hay rentas vinculadas a la propiedad de terrenos, pero no es ahí donde están las mayores fortunas. Las mayores fortunas poseen normalmente empresas.
Esto es porque el verdadero valor, la riqueza, es la actividad humana.
Casi nada que nos encontramos en la naturaleza vale si no se procesa. Se podría sugerir  el agua, algunas frutas y animales para comer, pero actualmente casi nadie se arriesgaría a beber de un río agua sin tratar, o comer animales que no hayan sido supervisados, bien durante la crianza o por un veterinario después de la caza.

En definitiva, si lo que vale es la actividad humana, desde el minero que extrae el mineral de la roca al médico que cura a sus pacientes o el político (por qué no) que gestiona recursos de una determinada entidad administrativa, la conclusión es que tiene que haber actividad humana para que se genere riqueza.

Los partidos e ideologías de izquierda en general, son denominados "de izquierda" porque comparten una línea ideológica fundamental, no por ser superiores moralmente como ellos interesadamente pretenden ser.
Esta línea ideológica  compartida presupone que las personas que acumulan riqueza lo hacen a costa de los demás. Obviamente esto se da en casos, pero no puede servir para establecer una política general.
Si alguien crea una empresa y esa empresa produce beneficios, ¿por qué no van a ser propiedad de su creador? ¿podría una de las personas que trabaja en esa empresa generar lo mismo que dentro de esa estructura de empresa?
Si alguien genera un producto que la gente valora mucho y lo quiere, como puede ser un futbolista al que la gente quiere pagar por ver en acción, ¿no es de su propiedad su trabajo?.
Es propiedad de un empresario de la automoción el beneficio generado tras la venta de un coche. ¿Cuál de las personas que ha intervenido en el proceso productivo es la que tiene el derecho a llevarse tal beneficio si no? En una fábrica no importa tanto el trabajo individual de cada uno, sino la estructura en que se integra ese trabajo individual, que también ha costado generarla.

Este es un debate que debería estar presente constantemente, para evitar que personas como los actuales dirigentes del Partido Socialista Obrero Español, D. José Luís Rodríguez Zapatero y D. Alfredo Pérez Rubalcaba, así como el resto de formaciones de ideologías afines actuales, utilicen el aspecto económico de la realidad para establecer ficticias luchas morales y de derechos, unas veces por convicción y otras veces por intereses políticos.

Se trata de gestión, no de moral.

En posteriores artículos entraré en el tema del reparto de la riqueza y por qué sistemas fuertemente redistributivos (como el comunismo, nacional socialismo y fascismo) nunca tuvieron la riqueza de las democracias capitalistas.

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